Cigarrillos carioca

Durante este viaje a Brasil aprendí algunas cosas muy interesantes, como por ejemplo, que en el reverso de las marquillas de cigarrillos se pueden ver fotos que muestran en una sola palabra las consecuencias del consumo de tabaco (que según la Organización Mundial de la Salud es la principal causa de muerte evitable).

Si seguís leyendo el detalle de la publicación, verás algunas de las fotos. Continue reading “Cigarrillos carioca”

Hagamos Paintball, no la guerra

Este sábado pintó lindo. Con invitación de Juan Pablo Viciconte, fuimos a Area 51 para festejar el primer año de vida del mejor campo de paintball que conozco. Estuvimos jugando unas cuarenta personas desde las 10:00 hasta las 14:00. Cortamos el juego porque a las dos de la tarde nos llamaron para comer un asado más tierno que un bebé jugando con su cachorro.

Para los que nunca jugaron paintball, se los sintetizo:

  1. Es un juego
  2. Participás voluntariamente
  3. Lo jugás con tus amigos
  4. En un ambiente ameno y controlado
  5. Por un tiempo limitado
  6. Sin poner en peligro tu vida

Es cierto que el paintball puede parecerse a una guerra, pero sería bueno diferenciarlo a través de algunas circunstancias que (a diferencia del paintball), sí se dan durante un enfrentamiento bélico:

  1. Una guerra no es un juego
  2. Aquellos que van a la guerra no lo hacen por voluntad propia, si se resisten pueden ser culpados de “traición a la patria” y por consiguiente, fusilados
  3. No podés elegir con quién vas a ir a la guerra, y difícilmente te encuentres allí con alguno de tus amigos
  4. Se desarrolla en un ambiente hostil y sin ningún tipo de control (no hay referee ni nadie para ayudarte cuando tenés algún problema)
  5. Su duración es incierta, y mucho mayor que la de un juego de paintball
  6. Perder tu vida en el campo de batalla casi tan fácil como morir en el videojuego Commando

A todo aquel que haya visto las películas de Rambo, le recomiendo jugar a este juego al menos una vez. Durante su transcurso podrá rozar la superficie de las atrocidades que guarda el profundo océano de la guerra. Fueron tan grandes las sensaciones vividas, que mi hermano Nicolás me contó que después de jugar, soñaba con el juego de paintball.

En el paintball aprendés que en muchos casos, cuando te alcanza un proyectil, ni siquiera podrás saber ni quién ni desde dónde fue que te lo dispararon. Es muy fácil morir en el frente de batalla y quedar trastornado de por vida. Creo preferible ser fusilado honrosamente antes que entrar a una pesadilla sin retorno. La guerra sería una pesadilla en la que mataría a otros como yo para defender intereses ajenos que sólo benefician a políticos, financistas y fabricantes de armamentos.

Juguemos paintball, aprendamos de la guerra, y si nos llaman, entonces no vayamos; no vale la pena.

Al margen… Estuve jugando un rato con una máscara “Vents” usada. Espero algún día retribuirle su gentileza al que me la prestó.

Aprendizaje Carioca

El año pasado estuve dedicando un poco de tiempo al Proyecto Huertas del Banco de Alimentos. Durante mi viaje me sorprendió cómo el Banco do Brasil, financia el programa Produção Agroecológica Integrada Sustentável (PAIS), mientras que el de Huertas en Argentina recibía los fondos a través de un banco europeo.

La idea del programa de producción agroecológica integrada sustentable (PAIS) es desarrollar agricultura familiar sustentable que prescinda sin el uso de agroquímicos.

Los agricultores reciben un kit básico, manual, videos y la capacitación para armar una huerta orgánica alrededor de un gallinero que les provee de huevos, carne y abono para la huerta. Todo esto se complementa con otros árboles frutales y reforestación planificada.

La producción proyectada para esas 0,5 hectáreas permite abastecer con alimentos a un grupo familiar de cinco integrantes y vender el excedente en el mercado local y de esa manera poder disponer de los recursos para ampliar un poco más la superficie cultivada.

Desinformacion local

Leyendo los diarios de Brasil te enterás de aquello que la prensa nacional no cubre. Llegamos a un punto en que en nuestros vecinos en Brasil tienen mejores fuentes de información que los mismos argentinos. Mientras en Argentina se vivía la muerte de algún artista, en los diarios extranjeros se lee el uso de las reservas para pagar la deuda del tesoro (deuda externa). No hay nada de qué preocuparse, son sólo 6,8 billones de dólares. ¿ A alguien se le ocurre qué vendrá después ? La ignorancia siempre se paga, y a un precio exorbitante.

Barra da Lagoa

Combinamos con Julián para salir a correr algunas olas, así que nos despertamos milagrosamente a las 8:00 de la mañana para desayunar frutas varias, galletitas, leche achocolatada  Nescau 2.0 (que está buenísima), y salir inmediatamente a tocarle el timbre a Julián. Fui caminando, porque Julián vive a una cuadra y media de nuestro edificio. Cargamos la tabla de surf en el auto, pero salimos sólo Hernán y yo. Julián se tuvo que quedar acompañando a su novia, que no se sentía bien.

Acordamos encontrarnos más tarde en “Barra da Lagoa” (o alguna playa por el estilo). Lo bueno de Barra es que hay olas durante todo el año. Su oleaje es de un tamaño ideal para divertirse y practicar los primeros días. Si bien las ondas no son grandes, tienen buena tracción y generalmente hay una derecha muy pareja del lado de la desembocadura. La tabla de Julián es un sueño hecho realidad. Parece uno de esos perros de caza entrenados, es una máquina asesina de correr olas; con sólo decirle “ola”, te sube a la ola, te para sobre ella y te lleva hasta la costa casi automáticamente. No hace falta decir que nos quedamos ahí todo el día 🙂

Estos lugares te obligan a replantear el lugar en donde vivís y la manera en que nos sacrificamos viviendo lejos del mar. Imaginate saliendo del trabajo para encontrarte con una interminable sucesión de ondulantes compañeras siembre bien dispuestas… suena tentador… Es que lo es. Después de devorar los kilos de frutas que había llevado a la playa, me quedé en el agua hasta entrada la tarde. La temperatura no podía ser más agradable, y fui feliz por un rato.

A la tarde, pasamos por Jurerê y atravesamos el monte que la separa de Praia do Forte para ver el atardecer del otro lado de los montes. Volvimos a Canasvieiras para comer algo, y justo cuando estábamos a veinte metros de la pizzería, se les cortó la luz, así que caímos en un restaurante donde Hernán pidió un Frango grillé y yo ordené un Pollo Parmigiano. Trajeron un pollo, y no sabíamos de quién era, así que lo atacamos sin piedad por ambos flancos. Al rato llegó el parmigiano, y estaba buenísimo, tenía un par de quesos, salsa de tomates, arvejas, jamón y especias. Todo este despliegue culinario estaba acompañado por el infaltable arroz, papas fritas, una ensalada de verduras y un DVD de ataque ochentoso que entre sus grandes éxitos rememoraba la gloria perdida de Europe con su tema Carry, Bonnie Tyler con “Eclipse total de corazón”, “Dolor en el corazón” y muchos otros hits que es mejor volver a olvidar. Para cerrar la noche (y como si lo anterior fuera poco) “We are the world” de USA para Africa, con el difunto amante de los niños Miguel Jackson (Dios lo tenga en la gloria y no lo suelte). Para ese entonces, el sillón de casa me estaba llamando en código morse (-.  —  -. ..   -.  —  -.  ..   –..   –..   –..)